Por: @Angepaderi
La noche fue una auténtica celebración de la cultura hip-hop en Rútico Gastro Bar, Zipaquirá. Una jornada maratónica de más de 12 horas continuas de música que vibró con la potencia del barrio, el talento, y la energía colectiva que solo el rap sabe convocar. El cartel fue tan diverso como contundente, con artistas que dejaron huella en cada rima: DJ Diamante, La Cueva Records, Cracks, @Zairen.06, @elhj_420, @Kratos_guerrero_oficial, @Asenav_mc, @elrimaslatinas, @urbansoul_prod, @chicaquichasinthearea y @mata_de_aji, entre otros.

Todo fluyó bajo la conducción de @kmocorrea, quien mantuvo la energía arriba como host oficial del evento, marcando el pulso de una noche donde la música no se detuvo y la palabra fue resistencia, catarsis y celebración.

Además de los shows, el público pudo disfrutar de espacios de merchandising independiente —ropa, stickers, arte gráfico— y de una potente dosis de tatuajes en vivo, gracias al talento de Under tatto @danytattoo_ y @lolo.tattoo.91, completando una experiencia en la que el arte urbano se vivió en todas sus formas.

Blacking: el cierre que se volvió manifiesto
Más allá de la media noche, cuando la energía parecía agotarse, el escenario se volvió templo. Blacking, con su voz firme y su presencia magnética, ofreció un show íntimo pero poderoso. Temas como «me permití», «falta tanto» y «Motivos», canción que aún no ha salido y cantó por primera vez, hicieron que la noche tuviera cierre con sentido, con alma, con calle y con arte.Su presentación fue más que un show: fue una declaración de principios, un viaje sonoro por su trayectoria y una muestra viva del poder transformador de la música.

Zipaquirá no solo fue testigo de una descarga de talento, sino del latido de una escena que sigue creciendo desde lo independiente, lo auténtico y lo colectivo. Esta noche no se trató solo de música, sino de identidad, de territorio y de voces que no piden permiso para sonar. Lo que pasó en Rústico fue más que un evento: fue cultura viva.

Fotos por: @Nawta_films