Por: @AngePaderi
En medio de los muros grises y las largas jornadas rutinarias de una de las carceles más grande del país, dos reclusos que se conocieron en el patio, encontraron un camino inesperado hacia la libertad interior: el arte. Lo que comenzó como un desparche haciendo simples trazos en hojas de papel y un gusto compartido por la pintura, se transformó en un proyecto de vida con propósito social: Pre-juicio, una marca de ropa que lleva como estandarte el mensaje “Desde adentro con amor”.
El proyecto nació con el apoyo de sus familias, quienes se encargaron de llevar las creaciones al mundo exterior. Ellos diseñan a mano, desde su celda, imágenes cargadas de color, fuerza y esperanza; luego, aliados en libertad las digitalizan y las convierten en estampados que recorren el mundo entero a través de prendas de vestir.
Más allá de la moda, Pre-juicio es una muestra de cómo el arte se convierte en puente para la reconstrucción del ser humano. En un contexto donde el tiempo puede volverse enemigo, estos dos hombres han elegido ocuparlo con creatividad, disciplina y sueños. El trabajo artístico no solo les ha permitido un sustento diario, sino también compartir sus ganancias con otros presos que carecen de apoyo familiar, demostrando que la solidaridad puede florecer incluso en los lugares más adversos.
Pre-juicio es más que una marca: es un ejemplo vivo de resiliencia, de cómo la ocupación creativa puede ser herramienta de transformación personal y social. Desde el encierro, estos artistas han tejido esperanza y demostrado que el arte es capaz de abrir caminos, sanar heridas y tender puentes hacia un futuro distinto.
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